LANZAMIENTO

LO QUE EL ALMA HACE...
Texto correspondiente a la presentación del libro Trilogía Dramática.


Por Cecilia Sánchez Henríquez
Profesora y actriz iquiqueña


Al comenzar a leer el libro comprendí la razón que  hace mucho si entendía, pero de la cual no lograba descubrir ese sentido profundo de la decisión…  ¿Cuál decisión, se preguntarán Uds.?   Antes de meterme de lleno a explicarlo, debo compartir con ustedes algunas curiosidades, coincidencias y/o alcances de esta reseña. 

Bien.   Conozco a Guillermo Ward hace varios años, más bien hace varias décadas,  de hecho  fue mi profesor por algún tiempo. Claro que su cabellera entonces era algo más profusa, pero  su forma de hablar, su manera única de conversar y la pasión que pone en cada palabra no han cambiado. A pesar de los años su figura quijotesca,  mezclada con lo novelesco, lo dramático, lo teatral sigue intacta.  

El no sabe esto. No sabe que su presencia por el aula en la que yo aprendía y el habernos cruzado en ese tiempo por la vida,  marcó mis  recuerdos para siempre. Esto es un paréntesis. Pero  la caprichosa vida, que bien de esto  saben los astros, la Virgencita del Carmen, los desiertos imaginarios o quizás el mismísimo Supay, nunca me hizo imaginar que casi cuatro décadas después, tendría el privilegio de leer en primicia su onceavo libro “Trilogía Dramática” y luego comentar lo que tan acertadamente ha convertido en historias; las leyendas y realidades de nuestro norte salitrero y fantasmal. Así no dejo de pensar y preguntarme mientras escribo, “¿Algo habrán tenido que ver aquellos mágicos relatos, con qué mi primer encuentro con Guillermo haya  sido en la histórica Escuela Santa María,  que entonces tenía por nombre Escuela N° 9 de Niñas?”… pero bueno, no me quiero desviar del tema con que comencé.  

Estaba hablando de la decisión de Guillermo… sucede que en algún tiempo lejano o cercano como queramos llamarlo (en Iquique suele suceder que los tiempos se mezclan, aparecen,  desaparecen o se confunden con la camanchaca, por eso, es que nunca podemos establecernos únicamente en el presente)  en ese tiempo impreciso, mi  madre y mi padre solían asistir  los domingos a ver las obras de teatro del TIUN o TENOR, siendo entusiastas admiradores de aquellos actores y actrices locales.  Fue en una de aquellas conversaciones relacionadas con la puesta en escena de una de aquellas obras, “La Nona” creo que fue, qué escuche a mi madre decir:   ¿Por qué ese actor tan creativo, no se irá a Santiago? Se refería a Ward.

Comprendí perfectamente  lo que mi madre quería decir, era que en Iquique ciudad pequeña nunca llegaría a ser famoso, ni menos a ganar dinero. 

Muchos años después, cuando la confianza se hizo cómplice, le pregunté: ¿Por qué decidiste quedarte en Iquique y no irte a la gran capital donde seguro te esperaba mucha fama y también dinero, pero, no sé si esto último tanto como fama? Entonces me respondió, “Porque yo quiero hacer cosas en mi ciudad".   No sé cuántos años han pasado de aquella respuesta, hoy al estar escribiendo en estos momentos acerca de su libro, de  la  Dramaturgia Tarapaqueña, finalmente  comprendo y valoro lo que me quiso decir. 

1.- Historias Pampinas.

La puesta en escena de la obra “Cartas de la Pampa”, son las cartas  de los sin rostros, donde  el diálogo y la teatralización -con solo tres cartas- nos cuentan acerca del entorno salitrero, su vida cotidiana, sus amores. Esta comunicación epistolar nos hace viajar a las oficinas Constancia, Serena, Santa Rosa y nos permite conocer y oler en la escritura de estas misivas el trabajo relacionado con la extracción del salitre, la Filarmónica, el biógrafo y sus pianistas, las soledades de la pampa, la explotación de nuestros compatriotas en manos de patrones extranjeros, la búsqueda tan común de ir de una oficina a otra por  un mayor bienestar económico, y también, como no,  la presencia de Don Willy Zegarra…

Quienes escribieron estas cartas, como nos señala el texto, adquieren roles protagónicos a pesar de no conocer sus rostros y dejan de ser “la gente poco importante”. “Cartas de la Pampa” está inspirada en la investigación que realizara el sociólogo e historiador iquiqueño señor Sergio González Miranda (Premio Nacional de Historia 2014) otra persona que da motivos  para sentir el orgullo de haber nacido en esta tierra salina, bella  e histórica. 

2.- Carne de Cañón. 

Es también parte de nuestra iquiqueñez (Palabra inventada por el sociólogo iquiqueño señor Bernardo Guerrero) acrecentar la cantidad de los habitantes de nuestro puerto atrayendo  a los extranjeros a buscar mejores condiciones de vida. Así lo hicieron los chinos, los yugoslavos de la época, los italianos y luego con la llegada de la Zona Franca un sinfín de habitantes de otras latitudes.  Pero, no siempre hemos sido los mejores anfitriones. Así lo señala también en el prólogo del libro don Ramón Núñez (Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales, año 2009) dejándonos claro que la canción de Chito Faró “Si vas para Chile” no es más que eso, una canción. 

Bien sabían esto Piedad, Gozosa y Socorro  los personajes de las tres mujeres inmigrantes de “Carne de Cañón”  -obra estrenada en la comuna de Alto Hospicio por  “La Pacha Teatro” con el nombre de “Sin-Con Suelo”, dirigida por la actriz Marisol Salgado-   cuyos trabajos, podríamos decir son los últimos en la escala de los oficios.  

En esta obra muchos nos vemos reflejados, en el cómo nos cuesta aceptar lo que no se nos parece y entonces… lo ignoramos, lo despreciamos y discriminamos cuando escuchamos a estos personajes en sus diálogos reflexivos, sus temores, sus penas, nostalgias y añoranzas por los hijos, por la familia, la tierra. El miedo a que la verdad se sepa.  Ahí comprendemos cuánto daño, cuánta violencia provoca en cada ser humano la xenofobia, la no aceptación del otro, el odio y el rencor revoloteando como el Supay,   abriéndose espacio en medio de las cofradías religiosas.

Cuando escuchamos a estos personajes, comprendemos que pese a nuestras diferencias hay otro ser humano, uno igual a nosotros, distinto  pero igual a nosotros.  

 3.-  Desiertos Imaginarios. 

Tan inmenso como el desierto mismo son nuestros desiertos imaginarios. Desiertos imaginarios que habitan en nuestro ser, el más oscuro, el más malvado: el de los espíritus atormentados gozosamente por el Supay, en palabras de Don Ramón Núñez.

Será por ello que cada año al ver florecer el rosal en nuestra pampa desierta nortina, sentimos el llamado urgente de ir a rezar, cantar y rogar a la Virgen, nuestra Chinita del Carmen, para que nos proteja, nos guíe, nos vuelva buenos. Que nos arranque el Supay que llevamos dentro.

En esta obra, Ward, nos hace comprender la ambigüedad humana, nuestro querer ser buenos cristianos. Hacer carne el mensaje cristiano en nuestro día a día, “Amar al prójimo como a uno mismo”.  Pero nuestra pobre condición humana nos lleva fácilmente a la bajeza del hombre y la mujer y en el mismo paisaje en donde bailamos, rogamos, rezamos y cantamos, afloran: la envidia, la indiferencia, la intolerancia, el engaño, las peleas y discusiones. Todos defectos y características propias  de la naturaleza humana. El autor nos hace reflexionar, nos muestra que somos seres imperfectos,  que estamos hechos en partes iguales, de los elementos del bien y del mal.  Por ello deseamos la perfección, por esto  rogamos a la virgencita cada 16 de julio. 

El  Supay, como lo señala don Sergio González,  es el conquistador, el mata indios, el miedo de los indígenas  -base de la construcción simbólica  de este personaje- a quien los indios obligados a bajar al socavón de las minas, terminaron encomendándose para autoprotegerse de los caprichos del cerro. 

Muchos concuerdan en que además,  el Supay actual, son todos aquellos extranjeros y chilenos que aman poco a la Pachamama y que vienen a destruir nuestra tierra nortina, arrancando de sus entrañas sus riquezas, perjudicando su mar o su naturaleza. 

Entonces no me queda más que repetir lo que señala en este libro el Premio Nacional de Historia (Sergio González Miranda),  “Felicitar  a Guillermo Ward, por este libro que recoge su obra teatral, por esa sensibilidad y capacidad de ver más allá de lo obvio o evidente y transformar lo que parece irrelevante o cotidiano en arte y mensaje. También por seguir esa tradición teatral que tuvo su auge en el ciclo salitrero. El teatro de calidad fue Arte y Revolución (Cultural). En el sentido que tuvo por objetivo no solo entretener sino cambiar la mentalidad de la época”.

Después de leer este libro,  después de escribir esta reseña, de recordar las puestas en escena de las obras de este dramaturgo regional, después de leer sus otros libros,  quiero testimoniar acerca de la decisión que tomaste querido Guillermo, acompañándolo con la frase de Gabriela Mistral,  que dice: Lo que el alma hace por su cuerpo, es lo que el artista  hace por su pueblo.”  

Gracias por quedarte en nuestra tierra amada, es un orgullo compartir los frutos de tus creaciones.